Nosotros, militantes de la izquierda anticapitalista internacionalista, expresamos nuestra solidaridad con el pueblo nicaragüense en esta época de represión tras su sublevación en contra de la austeridad y la injusticia. Les han asesinado a más de 300 personas desde que empezó el movimiento de protesta en abril del 2018. Los francotiradores les han disparado a los manifestantes estudiantiles mientras que ocupaban las universidades, y les mataron a 15 personas que estaban llorando a sus hijos asesinados por el Estado. Les quemaron vivos a los integrantes de una familia entera que les habían denegado la entrada a un grupo de francotiradores que se querían instalar para disparar en contra de los manifestantes. Se les han despedido a varios médicos en los hospitales públicos tras haberles dado tratamiento a los disidentes heridos. De manera paralela, las autoridades les han coaccionado a algunas familias, exigiéndoles que firmen en contra de su derecho a quejarse para recibir los cadáveres de sus seres queridos. Las violaciones de derechos humanos en esta época tan brutal sí se han documentado bien a través de los grupos locales e internacionales.

El ex-presidente izquierdista de Uruguay, José Mujica, igual ha comentado que Ortega tiene la responsabilidad por la violencia, mientras que hasta el hermano propio de Ortega, el ex-dirigente del ejército nicaragüense, le ha exigido que disuelva los grupos paramilitares que están asaltándoles a los manifestantes, y que se responsabilice por la violencia estatal.

Hay que aclarar que Ortega volvió al poder en 2006 a través de una plataforma anti-mujer en alianza con los conservadores de la Iglesia Católica hacia mantener la prohibición total en contra del aborto. Nicaragua sigue siendo uno de los últimos países del mundo en cual todavía se prohíbe el aborto en caso de que el embarazo amenace la vida de la madre. En 2016 el gobierno ortegüense clausuró las estaciones especiales de policías administradas por mujeres que cubrían casos de la violencia en contra de las mujeres. Zoilamerica Ortega Murillo, la hijastra de Ortega, quien vive ahora en Costa Rica por su seguridad, le ha acusado por varios años a Ortega por haberla violado sexualmente cuando era niña, así que no es sorprendente considerar que Ortega permitiera más impunidad en cuanto a la violencia feminicida.

Les apoyamos a las numerosas revolucionarias sandinistas que han resistido al régimen oportunista de Ortega, y a los 70 por ciento de los nicaragüenses que quieren que renuncie. Ellos siguen la gran tradición nicaragüense de la lucha masiva en contra del despotismo.

Si desea Ud. respaldar este comunicado, osea al nivel individual o colectivo, favor de dejar su información en la sección de comentarios abajo, o escriba a [email protected] o @PaxRevSocJust en Tuiter.