[Artículo de opinión sobre Venezuela:] El pueblo no quiere a Maduro y nadie eligió a Guaidó

Marea Socialista

29 de enero de 2019 Publicamos este artículo redactado por socialistas venezolanos para promover el debate sobre cómo oponerse a la presión/intervención imperialista que ejerce de la reaccionaria administración Trump y sus aliados contra su país. Como revolucionarios, muchos de los que nos encontramos en países imperialistas, necesitamos dirigir la mayor parte de nuestro esfuerzos contra Trump y otros posibles intervencionistas. Esto resulta especialmente crucial dada la clara amenaza de invasión militar estadounidense a Venezuela y las sanciones que se impusieron a la importación de petróleo de Venezuela el 29 de enero, lo que tendrá un impacto devastador en las vidas del pueblo venezolano. Esto marca el esfuerzo más abierto y virulento de Estados Unidos por quebrantar la soberanía de una nación latinoamericana en 30 años. Al mismo tiempo, nuestra oposición al imperialismo tiene una base marxista-humanista, por lo que también nos oponemos a las políticas cada vez más antidemocráticas y autocráticas del régimen de Maduro, sin apoyar en modo alguno a la oposición derechista respaldada por Estados Unidos. Esperamos con interés los comentarios de nuestros lectores. Publicado originalmente el 24 de enero de 2019 aquí – Editores

Spanish translation originally appeared here.

Solo el pueblo soberano movilizado puede decidir su destino en un referéndum y en las elecciones generales.

El pueblo venezolano, movilizado a lo largo de todos los sectores sociales, saliendo a las calles desde los barrios más pobres, clama haberse hartado ya de Maduro. El pueblo ya no tolerará las políticas de hambre y destrucción de los derechos laborales, la eliminación del derecho a la salud y la escasez de medicamentos, la degradación de los servicios públicos, la corrupción extrema y la represión rutinaria.

Esto explica por qué gran parte de la población se movilizó en las marchas convocadas por el autoproclamado Guaidó. No porque estén dispuestos a reconocer a quien quiera arrebatar el poder, sino porque amplios sectores de la población están hartos y reclaman un cambio. Entre ellos, también los que trabajan en el sector público, que permanecen callados o se ven obligados a acudir a las movilizaciones del gobierno para evitar represalias en el trabajo, como las reducciones de los subsidios del CLAP o el riesgo de perder sus viviendas de Misión Vivienda. El boca a boca, dentro del chavismo, también refleja el agotamiento, el enfado y la pérdida progresiva del miedo.

Los trabajadores y el pueblo no han sido capaces de construir una alternativa independiente propia que represente sus verdaderos intereses y angustias, y están atrapados entre la burocracia y el capital. El resultado de esto es el resurgimiento de la polarización entre los políticos de un gobierno corrupto que controla el poder y los parlamentarios de los partidos de los capitalistas que explotan a los trabajadores.

Porque los líderes que financian y promueven los partidos de oposición de la derecha tradicional también se benefician pagando los miserables salarios impuestos por el gobierno de Maduro, el PSUV y los militares, cuyas propuestas no difieren en lo que respecta a seguir cargando el coste de la crisis sobre el pueblo, mientras ellos aseguran sus ganancias.

Desde la Asamblea Nacional, pretenden formar un nuevo gobierno y utilizar la energía del pueblo a su favor, porque carecemos de organizaciones propias fuertes para canalizar la lucha contra el gobierno de Maduro. Sin embargo, la Asamblea Nacional y Estados Unidos no pueden imponer gobiernos al pueblo venezolano; tampoco Maduro. Todos ellos son usurpadores y luchan por el control del Estado para mantener al pueblo subyugado y explotado.

Nuestros sindicatos y organizaciones populares están, en gran medida, destruidos, corrompidos o subordinados al aparato estatal, y una parte de ellos ha cedido su independencia política a los dirigentes de la clase capitalista que nos explota. Por eso, sin haber escapado aún de la trampa autoritaria de Maduro, ya estamos cayendo en la trampa del golpe de Estado de Guaidó (Partido Popular Voluntario), apoyado por Estados Unidos, que defiende sus propios intereses, opuestos a los del pueblo venezolano.

Ahora corremos el riesgo de que un enfrentamiento entre dos gobiernos —ambos ilegítimos, y uno de ellos apoyado por Estados Unidos— desemboque en una guerra civil o en formas más directas de intervención imperialista por parte de la administración Trump. También debemos alertar de que el gobierno aprovecha cada intento de toma de poder para desatar una ola de represión, someter al pueblo y silenciar toda protesta.

En tal situación, la Marea Socialista llama a la gente a seguir protestando en las calles contra el gobierno opresivo, pero debemos movernos por nuestros propios intereses de la clase obrera y no ir detrás de los parlamentarios de derecha o de la burocracia del PSUV. Sobre todo, no debemos aceptar ninguna intervención extranjera.

La Marea Socialista llama a unir a todos los que entienden la necesidad de construir nuestra propia organización de lucha, a crear una nueva alternativa política de nuestra clase y de los sectores populares que más sufren, a defender nuestros intereses y derechos.

  • El pueblo ya no quiere a Maduro, y nadie eligió a Guaidó.
  • Referéndum popular para que el pueblo legitime todos los poderes (artículo 71 de la Constitución).
  • Renovación del Consejo Nacional Electoral para recuperar su independencia y convocatoria de nuevas elecciones.
  • Plan económico de emergencia a favor de los trabajadores y el pueblo, para enfrentar la crisis, recuperar los salarios y acceder a alimentos.
  • No a la renuncia de la soberanía.
  • No a la intervención e intromisión de Estados Unidos y del Grupo de Lima.
  • Continuemos luchando por nuestros derechos: salarios, derechos laborales, servicios públicos, derechos democráticos.
  • No a los golpes de estado ni negociaciones a espaldas del pueblo.
  • Autonomía política de los trabajadores y de los sectores populares.
  • Dejemos de seguir a los políticos de la burocracia gobernante o a los capitalistas.
  • Ni burocracia ni capitalismo.
  • ¡Deben marcharse todos!
  • El pueblo debe ejercer su soberanía
  • Sin represión: liberación de todos los presos políticos, respeto de los derechos humanos.
  • Por un gobierno de los trabajadores y el pueblo, no de la burguesía tradicional ni de la burguesía pseudocomunista.

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